El hombre freudiano vive desamparado en su fragilidad y finitud.
La experiencia psicoanalítica debido a las ambigüedades, conflictos, identificaciones y desidentificaciones, propone al hombre trágico, el que ya no se somete a los dioses, sino que está sujeto a su deseo, a la transitoriedad, a la muerte, que se sustenta en un tiempo cronológico, lineal a la vez que está sumergido en un tiempo circular, tiempo del eterno retorno
En “La Transitoriedad” (1916), Freud nos recuerda lo bello, lo perfecto, a lo que cuesta tanto renunciar. Sin embargo, es el límite impuesto por la finitud lo que da sentido para la existencia. “La restricción en la posibilidad del goce lo torna más apreciable.” (Freud, 1916, p. 309).
Si lo efímero condena, también impone la creación de la cultura.
A su paso, se crean religiones con rituales que ofrecen diversas formas de transitar la fugacidad de la vida y la infalibilidad de la muerte, en un intento de dominar la angustia humana. En tiempos líquidos, es en lo transitorio que el sujeto busca escapar del dolor del duelo, del sufrimiento y de la pérdida. En una cultura de lo «light» y lo superficial, en esta «era de vacío» (Lipovetsky, 1983), donde se erige el «imperio de lo efímero» (Lipovetsky, 1987), se dejan por fuera los interrogantes que dan cuenta del espesor de la subjetividad.
En la precariedad de lo social, sin un proyecto individual ni colectivo, el autoritarismo surge anclado en un narcisismo eterno y sus falsas certezas. Entre lo globalizado y lo vincular sin estabilidad, es donde se hace patente la fragilidad y lo efímero de las relaciones tanto laborales, familiares, como amorosas, incluida la amistad.
El ideal promueve y exige la perfección eternizada que se busca en la plastificación de lo vivo, en la reproducción o repetición sin creatividad, en la urgencia de «tener» como corolario de una lógica salvaje del consumo.
¿Ars longa, vita brevis?
Sin embargo el artista avanza y muestra el arte bajo un concepto de no permanencia, como un objeto artístico y de fugacidad, mutante y sujeto a la acción del tiempo.
Siguiendo al artista, como psicoanalistas, buscamos validar el instante fugaz del encuentro, creador de una narrativa sostenida por la escucha, por la presencia y que permite la historia, el recordar y la construcción humana.
El tema Efímero, surca la vida y se abre a una diversidad de ejes que atraviesan el psicoanálisis desde sus inicios con la Interpretación de los Sueños hasta Análisis Terminable e Interminable.
Invitamos a los colegas a compartir sus relatos, ideas y narraciones sobre lo Efímero, tema del próximo número de Caliban, RLP.
Les solicitamos encarecidamente que presten atención a las pautas de lineamientos para los autores, ya que solo se aceptarán trabajos que cumplan con estas pautas, las cuales se pueden encontrar en las últimas páginas de cada número de Calibán o en el sitio web: calibanrlp.com.
Los trabajos deben enviarse hasta la fecha límite del 31/05/2020 a:
revistacalibanrlp@gmail.com y editorescaliban@gmail.com
Equipo Editorial Calibán, RLP
Referencias
Freud, S. (1992) La Transitoriedad In Freud Obras Completas vol 14, trad. J. L. Etcheverry, Buenos Aires, Amorrortu Ed. (Trabajo original publicado en 1916)
Lipovetsky, G. (1983) L’Ère du vide. Essais sur l’individualisme contemporain, París, Ed. Gallimard
Lipovetsky, G. (1987) L’empire de l’éphémère. La mode et son destin dans les sociétés moderne Paris, Ed. Gallimard